HISTORIA DE LA CORONA DE LOS DOLORES DE MARÍA SANTÍSIMA.
En 1608 se publica la obra “Fonte salutifera di Giesu ornata di considerazioni,meditazioni e soliloquii divota e affectuosi “escrita por el religioso servita fray Arcangelo Mª Ballottini , en este opúsculo se animaba a los hermanos de la tercera orden a meditar diariamente los misterios dolorosos del rosario y terminar poniendo la mirada en la Madre Dolorosa al pie de la Cruz; para facilitar este ejercicio nuestro autor escribe siete meditaciones sobre la Pasión para ser utilizados cada uno de ellos en los días de la semana. De esta manera se fijaba el rezo cotidiano y la inclusión de las Avemarías como en el rosario pero sólo en número de siete. Tan sólo nueve años más tarde Ballotini publica una nueva obra “Practica di ricitare la corona Della Beatísima Virgine Maria” y en 1619 el” Discorso sopra la corona delli sette dolori che sostenne la beata Vergine Maria nella passione e morte del suo dilettissimo figliuolo e salvator nostro Giesú Christo”. También el servita fray Gregorio María Alasia en los mismos años publica “Corona septem dolorum beatae Mariae Virginia”.
Por orden del Prior general Angelo Mª Bernardi comenzará en el convento de Bolonia a recitarse públicamente la corona ante la imagen de la Virgen Dolorosa con la participación de los fieles, a partir de ese año -1640- esta práctica se extiende a los demás conventos de la Orden.
Podemos afirmar que la aparición de esta devoción y su posterior evolución es genuina de la Orden de los Siervos destinada originariamente a aumentar la vida de oración y meditación de los seglares terciarios servitas
”miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí , y medite mi dolor; mas hay poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos. Por eso tú, hija mía, no te olvides de Mí, que soy olvidada y menospreciada por muchos. Mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y mis lágrimas y duélete de que sean tan pocos los amigos de Dios”.Nuestra Señora prometió que concedería siete gracias a aquellas almas que la honren y acompañen diariamente ,rezando siete Avemarías mientras meditan en sus lágrimas y dolores.
La Santísima Virgen María manifestó a Sta. Brígida que concedía siete gracias a quienes diariamente le honrasen considerando sus lágrimas y dolores y rezando siete Avemarías:
1•Pondré paz en sus familias.
2•Serán iluminados en los Divinos Misterios.
3•Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
4•Les daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
5•Los defenderé en los combates espirituales contra el enemigo infernal, y lo protegeré en todos los instantes de su vida.
6•Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte; verán el rostro de su Madre.
7•He conseguido de mi Divino Hijo que las almas que propaguen esta devoción a mis lágrimas y dolores sean trasladadas de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos su consolación y alegría.
2.-Jesús protegerá en sus tribulaciones a todos los que recuerden esta devoción y los protegerá muy especialmente a la hora de su muerte.
3.-Imprimirá en sus mentes el recuerdo de su Pasión y tendrán su recompensa en el cielo.
4.-Encomendará a estas almas devotas en manos de María, a fin de que les obtenga todas las gracias que quiera derramar en ellos.
Al pie de la Cruz, donde una espada de dolor atravesó el corazón de María, Jesús nos entregó a su Madre como Madre Nuestra poco antes de morir. En respuesta a esta demostración suprema de su Amor por nosotros, digamos cada día de nuestras vidas :”Sí , ella es mi Madre , Jesús .Yo la recibo y te pido que me prestes tu corazón para amar a María como Tú la amas”.
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