viernes, 18 de marzo de 2011

SIETE DOLORES (6)

SIETE DOLORES
QUE PASÓ LA VIRGEN MARÍA POR SU AMANTÍSIMO HIJO

Pecador ,si a mis dolores
quieres tener devoción,
yo te haré muchos favores
y pondré mi atención
en favor de tus errores.
Si siete días cabales,
en mis dolores contemplas,
ganarás para tus males
sinnúmero de indulgencias
ya plenarias , ya parciales.
No pienses que en escucharlos
de paso , me darás gusto ,
sino que has de contemplarlos
con sentimiento,que es justo
que me ayudes a pasarlos.


PRIMER DOLOR

Contempla en el primer día
los filos de aguda espada
que traspasó el alma mía
al escuchar declarada
tan amarga profecía.
Presenté mi hijo al templo
como la ley lo mandaba,
Simeón ,con gran contento,
en sus brazos lo tomaba
y estas palabras me dijo:
Señora,a vuestro hijo amado,
hermoso y que tanto estimas,
le verás preso,azotado
y coronado de espinas
muriendo crucificado”
Si contemplas el dolor
tan amargo que sentí
con tan triste anunciación,
luego alcanzarás de mí
el perdón del Salvador.
AVEMARÍA
SEGUNDO DOLOR

En este dolor segundo
para matar a mi hijo,
mandó Herodes iracundo
degollar , según él dijo ,
los inocentes del mundo.
UN ángel del cielo vino
y avisó a mi amado esposo
que emprendiésemos camino,
que Herodes viene furioso
con su ejército maligno.
¡Con qué agonía en mis brazos
tomé a mi hijo y a Egipto
nos fuimos con lentos pasos
mi esposo y yo!¡Qué conflicto!
Se hace el corazón pedazos.
Con la mayor prevención,
sin dormir ni descansar,
quebrantado el corazón,
caminaba sin parar.
Contempla,pues,que aflicción.
A cada instante volvía
la vista,por ver si acaso
el tirano me seguía,
desmayada a cada paso
con mortales agonías.
Unos ladrones sin tasa
nos salieron y el menor,
viendo lo que nos pasaba,
movido ya a compasión,
pronto nos llevó a su casa.
Si haces como aquel ladrón,
compadecerte de mí
en tan amarga ocasión
lo que haré yo por tí
es alcanzarte el perdón.
AVEMARÍA
TERCER DOLOR

El tercer dolor,tres días
tuve perdido a mi bien.
Contempla mis agonías
y así llorarás también
las crueles penas mías.
José y yo ,mi esposo amado,
con Jesús al templo fuimos,
los tres habiendo llegado
muy grande concurso vimos
de gente allí congregados.
Una función grande había,
y habiéndose ya acabado,
yo del templo me salía.
Y José con gran cuidado,
por otra parte venía;
encontrándonos los dos,
preguntaba yo a José:
¿Dónde está el Hijo de Dios?”
Me dijo:”Yo no lo sé,
pues juzgué que iba con vos”
Allí iba el corazón
con una angustia tan fuerte...
quedé como sin sentido,
llorando mi triste suerte,
de ver a Jesús perdido.
Tres días lo fui buscando,
con sus noches,¡Qué tormento!
Yo y José,mi esposo amado,
hasta que lo hallé en el templo
con los sabios disputando.
Si a Jesús tienes perdido
por tus culpas,ven a mí
cuando te veas afligido,
que , si lo haces así,
tendrás descanso cumplido.
AVEMARÍA
CUARTO DOLOR

El cuarto dolor fue cuando,
con la carga sin mesura,
ví a mi hijo caminando
por la calle de amargura
cada instante tropezando.
Siendo la sentencia dada,
vino Juan a mi retiro,
y ,dándome la embajada,
yo dí un tremendo suspiro
y me quedé desmayada.
Con valor que me dio el cielo,
en dolor tan excesivo,
caminaba con anhelo
a ver a mi amado hijo
afligido y sin consuelo.
Llegué a la calle cruel,
donde me paré a escuchar
las voces de aquel tropel
que clamaban sin cesar
todas blasfemias de él.
Las trompetas del pregón
decían:muera el malvado,
facineroso,ladrón,
y pague crucificado
su infame predicación.
Rompí por entre la gente,
con mi hijo me abrazaba
y le hablé interiormente
con la garganta anudada
por el dolor tan vehemente.
Si aqueste amargo dolor
imprimes en tu memoria,
te aseguro,pecador,
que será para tu gloria
prenda de inmenso valor.
AVEMARÍA
QUINTO DOLOR

El quinto dolor penoso
es digno de contemplar,
cuando a mi hijo precioso
yo lo ví crucificar
en la cruz como alevoso.
Subimos a la montaña
del calvario;por despojo
le arrancan con ira y saña,
a la lumbre de mis ojos,
la túnica que llevaba.
Cuando le ví despojado,
renovadas sus heridas,
todo el cuerpo destrozado,
crecieron las penas mías
al verle tan maltratado.
Que se tendiese ,mandaron,
en la cruz,y con paciencia,
hizo lo que le ordenaron;
y con tirana insolencia
pies y manos le clavaron;
y después la cruz volvieron
aquellos sayones bravos
y la Santa Faz pusieron
remachando bien los clavos,
con que mis penas crecieron.
Después que aquellos sayones
la Santa Cruz levantaron
con blasfemias y baldones,
el Santo Cuerpo dejaron,
en medio de los ladrones.
Si tan amargo dolor
te detienes a pensar
llorando mi triste suerte,
yo te prometo ayudar
en las ansias de la muerte.
AVEMARÍA
SEXTO DOLOR

El sexto con tiernos lazos
al hijo de mis entrañas,
difunto y hecho pedazos,
por las malicias extrañas
me lo ponen en mis brazos.
Dos santos varones vieron
mi tristeza y amargura,
y a Pilatos le pidieron
para darle sepultura
licencia,y la consiguieron.
Y luego que desclavaron
aquel cuerpo sacrosanto,
en mis brazos lo entregaron
con un lienzo limpio y blanco.
Al punto lo amortajaron
con ungüentos olorosos,
que prevenidos tenían,
le ungieron estos piadosos
varones que me asistían
en lance tan congojoso.
Yo,que lo estaba mirando
de los pies a la cabeza,
mi dolor siempre avivando
con una amarga tristeza
le decía suspirando:
Hijo mío muy amado,
¿Quién te puso estas espinas,
y te abrió este costado,
y estas manos tan divinas,
y vuestros pies taladrados?”
Si aqueste dolor tan fuerte
contemplas,dejando el vicio,
de lo que Dios te hará cargo
en aquel día del juicio,
yo daré por tí el descargo.
AVEMARÍA
SÉPTIMO DOLOR

¡Oh qué angustia,pecador,
Oh ,qué dolor tan prolijo,
Oh qué pena ,sin igual
es verme ya sin mi hijo
y no poderlo abrazar!
Los varones con quebranto
me decían:”Gran Señora,
no os entreguéis al llanto,
que ya ha llegado la hora
de su entierro sacrosanto.
Mitigad tanto tormento,
cese ya esa pena dura,
dadnos el cuerpo sangriento
para darle sepultura
en un nuevo monumento”.
Pero yo,aunque agradecía
fineza tan amorosa,
dando a mi hijo les decía:
Tomad esta prenda hermosa
del imán que más quería”
San Juan y la Magdalena
me llevaron en sus brazos,
todos cargados de pena,
fuimos siguiendo los pasos
donde el sepulcro se ordena.
Llegamos al monumento,
donde con piedad hermosa
pusieron el cuerpo dentro,
tapándolo con la losa.
Contempla mi sentimiento.
Triste está la Virgen pura
aquel sepulcro mirando,
cual jamás vio criatura
a su hijo contemplando
con el dolor y amargura.
Está viva y sepultada,
está muerta y tiene vida,
está llagada y herida,
viendo muerto y destrozado
al que era luz de su vida.
Todas estas siete espadas
pasaron mi corazón.
Si de tí son contempladas,
gozarás el galardón
en la celestial morada.
Afligida madre mía,
yo siento veros penar,
y por si os puedo aliviar,
rezaré un Avemaría.


  AVEMARÍA.


Una salve a la Virgen Santísima con intención de aliviarle sus dolores al pie de la Cruz.

2 comentarios:

  1. Parecidísimos, prácticamente iguales, los rezaban mi bisabuela, mi abuela... en un pueblo de Granada (La Peza, Aldeire). (enero 2013)

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    1. Conozco en Granada Alhendín y Otura donde viven mis amigos

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